¿Conoces las propiedades de la lechuga y sus variedades?
Aunque su origen se cree asiático, la lechuga lleva apareciendo en nuestras mesas desde hace más de 2 mil años y ya se cultiva en todo el mundo, fundamentalmente en zonas templadas.
Debido a su alto comumo, podemos encontrar lechugas en el mercado durante todo el año. Lo más común es comerla en crudo, sobretodo en ensaladas o como guarnición a carnes y pescados.
La civilización griega tomaba lechuga antes de acostarse porque así conciliaban mejor el sueño, y es que una de sus propiedades es la de tranquilizante y evita el insomnio.
Es muy diurética por lo que la lechuga es muy conveniente si tenemos problemas renales y necesitamos aumentar la micción. Es muy buena también para el aparato digestivo ya que previene de los tan molestos gases y sensación de hinchazón, facilitando así la digestión. Ayuda tanto al aparato circulatorio evitando la formación de coagulos en la sangre, como al respiratorio, combatiendo la tos y el asma.
Se dice que hay más de 100 variedades de lechuga en todo el mundo. Vamos a ver cuáles son las más conocidas:
- Romana: alargada y de hoja no muy apretada al tronco.
- Iceberg: redonda y de hojas muy prietas y crujientes.
- Trocadero: de hojas tiernas, también conocida como "francesa".
- Hoja de roble: hojas onduladas de de distintas tonalidades, del verde al morado.
- Lollo rosso: de sabor algo amargo, hojas muy rizadas e intenso color rojo.
- Radiccio: o achicoria roja, de hojas rojas y algo amargas.
- Escarola: puede ser rizada o francesa, con ligero sabor amargo.
- Endivia: hoja tersa y blanca, con sabor dulce y cierto fondo amargo.
- Canónigo: de hojas pequeñitas, pero de sabor intenso y gran ricas en hierro.
- Rúcula: de cierto sabor picante, combina con otras lechugas más suaves
Podemos combinar unas con otras para crear sensaciones mágicas en vuestro paladar, combinando dulces con amargos, y aliños suaves o fuertes, yogur o vinagretas, en función del tipo de lechuga. ¡Os animo a que experimentéis vuestras mejores combinaciones!