El rey del verano, el tomate
Sembrar tomates desde la semilla en Enero, pasarlo a tierra en la tercera luna del año, allá por marzo, cultivarlos con todo el mimo posible, verlos crecer, disfrutar de su floración, de la formación de los primeros frutos y ya impacientes esperar su maduración. Cuando después de este proceso que en ocasiones lleva unos 6 meses, has leído bien… ¡seis meses! aparece el fruto es un placer sin igual. El fruto que consigues forma parte ya casi de tu historia. Os lo he dicho en alguna ocasión que me da hasta pena comerlos. Me gustaría inmortalizar o congelar ese último mes de crecimiento del tomate. Y es que lo que se hace esperar tanto, de repente eclosiona para llenar El Huerto de TíaLou de color maravillosos. Blancos, amarillos, naranjas, verdes y negros. Acanalados y macizos. Y por supuesto también redondos y coloraos. Cerca de 7.000 variedades de tomates para experimentar y disfrutar. ¡Una auténtica gozada!
El rey del verano, el tomate
Nosotros hemos llegado a sembrar más de 200, aunque ahora ya hemos hecho una buena selección de semillas que fueron adaptándose a nuestro entorno y que finalmente se quedaros para siempre en nuestro huerto.
Estamos un poco locos, pero fue un ejercicio de responsabilidad para gritar al mundo que si existen los tomates con sabor pero que hay que trabajárselo mucho. Ayer me decía uno de mis sobrinos “ Tía Lou, todo esfuerzo tiene su recompensa” y en el mundo del tomate como de cualquier otra hortaliza o verdura, sucede lo mismo.
Por eso debemos valorar el trabajo de la gente del campo, gente que se esfuerza a diario para que podamos tener los mejores alimentos. Yo no me incluyo porque lo nuestro es una pasión que además nos alimenta, pero a la gente del campo hay que cuidarla y tenerla muy en cuenta.
Estamos en la temporada del sabor ya no solo del tomate, de todo lo que nos regala el huerto. Otra razón más para disfrutarla al máximo. Y mi consejo es que en la medida de lo posible conservar parte de ese sabor. Nosotros lo hacemos con conservas saludables. Así cuando destapamos el tarro en pleno invierno, cuando tenemos los pies helados, el olor del bote de tomate frito o de los pimientos asados, nos llevarán al instante del cálido verano que ahora mismo estamos viviendo.
Os deseo un buen verano, lleno de alegrías y maravillosas verduras ricas que nos darán fuerza para afrontar el largo invierno.