Salud & Bienestar
Enamórate de la tierra
Este es el mejor consejo que puedo dar. Enamorarme de la tierra ha sido mi mayor regalo del mundo mundial.
Hay tanto que aprender cuando se está cerquita dela tierra, de los cultivos, de la vida de verdad.... Los tiempos, el ritmo, el esfuerzo, no hay trabajo más duro que el de los agricultores, y qué decir de la sabiduría de los que han cultivado durante más tiempo la tierra, ¡son sabios!
Probablemente el trabajo del agricultor es de los menos valorados, sin embargo, cosechar alimentos que has cultivado con tus manos es la mejor de las recompensas. ¿Conoces algún agricultor que no sea feliz? ¡Yo tampoco!
Muchas veces me preguntan qué tomate es el más rico. Mi respuesta siempre es la misma: “El tomate más rico es y será siempre el que cultivas con tus manos”
Se crea un vínculo tan emocional con la tierra al poder ver crecer los alimentos que te nutrirán, que las horas de trabajo, aunque cansan, se te pasan volando. No hay placer más placentero que mimar los alimentos. Es pura magia.
Sé que no todo el mundo tiene acceso a tener un pequeño huerto, pero afortunadamente cada vez son más los recursos y posibilidades para poder disfrutar y cultivar un cachito de terreno.
Os dejo algunas ideas para que os animéis a hacerlo , ahora que llega el buen tiempo. En verano los cultivos son más sencillos y agradecidos que durante el duro invierno, donde todo es más frío y va mucho más lento.
- Si puedes comparte un pequeño terreno. Busca algún amigo que disfrute contigo de esta aventura y tendréis planes nuevos. El campo es muy solitario y compartirlo con gente es muy bonito y siempre un acierto.
- Localiza los huertos urbanos más cercanos y allí encontrarás espacio, gente y experiencia para comenzar con tu nuevo proyecto de huerto
- Convertir tu pequeño balcón o jardín en un espacio verde es siempre un acierto. Reemplaza alguna maceta y destínala a sembrar una tomatera, pimiento o berenjena.
- Si vives en un sitio más aislado o más pequeño, no te preocupes, que si tienes una ventana, podrás tener una macetita de aromática al menos.
- Si no puedes ninguna de estas opciones, seguro que encuentras algún agricultor cercano que te deja que le ayudes a quitar malas hierbas, a cambio como se ha hecho siempre, compartirá generosamente parte de su cosecha.
Establecer ese vínculo con tu alimento y observar el proceso desde la semilla hasta su cosecha te hace tener más conciencia y es el regalo más bonito del universo.
No lo pienses más y anímate a hacerlo.
¡Buena cosecha amigos huerteros!