Si hay algo que vuelve locos a todos los foodies es encontrar la presentación más colorida y deliciosa. Todo lo “ #colorful ” les apasiona y os confesaré que a mí también.
Sin duda esta preparación es infalible para foodies y para cualquiera que quiera disfrutar de un plato tremendamente sencillo. Verdes, morados amarillos y naranjas, un arcoíris muy particular que llenará vuestras mesas de alegría y vistosidad.
Dos ingredientes nada más, Unos buenos guisantes frescos y ecológicos siempre que se pueda y unas zanahorias que están de plena temporada. ¿Os animáis?
Pues ya veréis lo fácil que es. ¡Seguidme!
Preparación
- Precalentamos el horno a unos 180 grados.
- Lavamos bien las zanahorias. Si son ecológicas o cultivadas en nuestro huerto, yo no les quito la piel.
- Las cortamos por la mitad - a lo largo -si son grandotas.Unas ramitas de romero fresco , sal, pimienta y unas gotas de AOVE.
- Masajeamos para que llegue a todas partes bien y las horneamos durante unos 25-35 minutos. Si queréis que caramelicen, deberéis dejarlo un pelín más.
- Mientras se hornean, vamos pelando los guisantes sacándolos de sus vainas si no lo estuvieran ya. En mi caso los he utilizado congelados de nuestra cosecha del año pasado. Eso sí, los congelé recién recogidos de la mata.
- Ponemos una cacerola con un litro de agua a hervir.
- Enjuagamos los guisantes y los ponemos en una bambutera o cocedora al vapor. Lo colocamos sobre la olla con agua hirviendo y dejamos que se cocine unos 4-5 minutos, depende del tipo de guisante que cocinéis.
- Una vez esté todo cocinamos lo presentamos en una bonita bandeja con los guisantes de base y las zanahorias por encima.
Nosotros no le pusimos nada más. Con el aliñito de las zanahorias asadas ya tenemos ese toque tan especial.
¿Lo habéis visto no? Fácil sencilla y de máxima tendencia para disfrutar .