SI algo bueno tiene el cambio de temporada, es que te ayudan a crear combinaciones deliciosas e inesperadas. Así nació este plato que lo apuntaos como básico en casa. Tras la cosecha de remolacha amarilla, ya no sabíamos cómo tomarla. Esa conciencia sostenible que intentamos aplicar, hace que en casa no tiremos nada. Todo lo contrario, conservamos lo que podemos para sobrevivir si la cosecha falla. Estamos a punto de comenzar la temporada de tomates con sabor, pero algunos tomates secos aún nos quedaban en la despensa, así que había que acabarlos. Con el macerado de la remolacha, unos tomatitos cherry secos rehidratados con aceite de oliva virgen, feta y aromáticas, he conseguido preparar esta bomba de plato.
Siempre es buena idea tener aliños preparados en la nevera para llegar y preparar algo rico y sano.
Vamos con la receta porque estoy segura que os encantará.
Preparación
- Pelamos la remolacha y la cortamos muy finita con ayuda de una mandolina.
- Las maceramos con limón, una pizca de sal y unas gotas de aove. Dejamos que se macere durante unas horas. Suelo hacerlo de un día para otro.
- Por otra parte vamos a rehidratar los tomates secos. Sólo debéis dejarlos en un cuenco y agregarles agua hirviendo. Tras una media hora veréis como van cogiendo cuerpo. Una vez rehidratados, los secamos y lo dejamos en un bote hermético con queso feta troceado, unas bolas de mozzarella y las aromáticas que os apetezcan.
- Una vez que vayáis a prepararla, es tan sencillo como colocar la remolacha marinada de base y aliñarlas con las migas de feta, la mozzarella y unas hojas de romero y albahaca. Yo suelo tener siempre un tarro hermético en la nevera con este aliño que me complementa muchos platos.
Espero que os haya gustado.
Recomendaciones del autor
Como podéis ver es una receta perfecta para tener en la nevera de un día para otro y a la hora de comer sólo tenéis que montar el plato.