La coliflor con bechamel es un clásico en casa y una buena opción para que los más reacios de la familia prueben esta verdura. A nosotros nos encanta. Esta vez quise darle un pequeño giro con el aporte de una salsa trufada que tenía de las sobras de navidad. Y después de probarla creo que esta receta se va a repetir muchas veces porque es espectacular.
Preparación
- Lavamos y troceamos la coliflor en arbolitos y la cocemos al dente. Con unos 3-4 minutos en agua hirviendo bastará. La dejamos que escurra bien.
- Por otra parte en una cacerola preparamos la bechamel. Para ello ponemos la mantequilla y la harina. Movemos para que se vaya haciendo poco a poco. Unos 2-3 minutos a fuego medio.
- Mientras lo hacemos vamos calentando la leche en un cazo. y la añadimos de poco en poco. Moviendo sin parar hasta que la absorba. Una vez lo haga, añadimos otro poco y así de esta forma no habrá nunca grumos.
- Le incorpoiramos la sal, la pimienta y la nuez moscada y seguimos moviendo. El truco de la bechamel es paciencia y no dejar de mover.
- Una vez que comience a espesar, la apagamos. Podéis espesarla al gusto pero en esta receta me gusta una bechamel ligera.
- Disponemos la coliflor sobre la bandeja que vayamos a utilizar. Ponemos la salsa de trufa repartida por la bandeja y cubrimos con la bechamel ligera.
- Rematamos con un poco de queso para que funda bien y gratinamos unos 5 minutos o hasta que veáis que tiene ese color dorado que tanto nos gusta a todos.