Si me tuviera que quedar con una sola planta para estar bella, seguro que elegía el alore vera.
Es una maravilla, muy sencilla de cultivar ya que apenas requiere cuidados y un regalo para tener a mano en cualquier momento.
Se utiliza en cosmética y como alimento. Lo cierto es que yo la utilizo mucho para hidratarme y calmarme la piel. Especialmente en verano, pero realmente la uso todo el año.
Las manos curtidas del campo son un fastidio y el aloe me las cuida y me las calma. Yo creo que hasta me las cura, pero lo que si os aseguro es que el ritual de prepararlo me relaja.
Esta sencillísima crema que os preparo hoy puede ser una de tus mejores aliadas. Así que si no tenéis la planta, ya podéis correr a haceros con una y cultivarla en casa.
Preparación
- Cortar las hojas desde la base con cuidado de no estropear la planta.
- Dejarlas toda la noche en un tarro con agua. Eso conseguirá que suelte una sustancia oscura que es tóxica.
- Una vez lo haya hecho, cogeremos las hojas, las lavamos bien y las secamos.
- Con ayuda de un cuchillo, las pelaremos con cuidado. Veréis que se un gel viscoso que hará que se os resbale ¡tened cuidado!
- La pulpa que saquéis la pondremos en un tarro y la trituraremos hasta conseguir una pasta viscosa. Así tal cual la podéis usar como hidratante maravillosa. Pero hoy le añadiremos unas gotas de aceite de almendras para aportarle más untuosidad.
- La crema resultante la podéis utilizar para la piel y os aseguro que os aportará muchos beneficios de manera natural.