Uno de los más deliciosos aperitivos de primavera y el favorito en casa son estas habas. Como si fueran altramuces o pipas, es un tente en pié perfecto para matar el gusanillo o como entrante o tapa.
Que las habas son maravillosas ya lo sabéis, pero cuando comprobéis lo facilísima que es esta receta, os aseguro que será un clásico cuando llegue la primavera y las habas estén en plena temporada.
En frío o en caliente con un buen chorreón de aceite de oliva virgen o solo con una pizca de sal. Lo que si os garantizo es que una vez probéis una, no podréis parar. ¿Os animáis a prepáralo? Vamos allá.
Preparación
- Pelamos las habas sacándolas de sus vainas.
- Habitualmente para este plato cogemos las más grandotas pero cualquier tamaño os puede servir.
- Una vez fuera de sus vainas, las enjuagamos bien.
- En una cacerola ponemos agua a calentar. Tan pronto rompa a hervir, añadimos un poco de sal.
- Introducimos las habas y un buen ramillete de hierbabuena.
- El tiempo va a depender del tamaño de las habas, pero el truco es que cuando empiecen a romper su piel, ya estarán casi listas para sacar. Suelo probar alguna antes de sacarla ya que así aseguro de que están bien hechas y listas para tomarlas.
- Las vertemos en una fuente con un chorreón de aceite o tal cual, sin nada. Bien calientes, tibias o frías es uno de mis vicios confesables en las mañanas primaverales.
Recomendaciones del autor
Este aperitivo se come quitándole la piel. Como los altramuces. Si bien es verdad que si las habas no son grandes, te lo puedes tomar con la piel.