Ingredientes

  • Calabaza ( un buen trozo como de 500 grs)
  • 1 cebolla grande
  • 1 puerro grande
  • 1 chile (opcional)
  • aceite de oliva virgen extra
  • sal
  • 70 ml. leche evaporada o nata ( opcional)

Autor de esta receta

Tía Lou de El Huerto de Tia Lou

Tía Lou de El Huerto de Tia Lou

Gastro-bloguero / Escritor gastronómico

¿Las ensaladas? Me vuelven loca, frias y templadas, sencillas y sofisticadas.  Adicta al #salading, me apasiona todo... Leer más

Creo que la calabaza es una de las reinas del huerto. Su belleza nos cautiva desde que comienzan a brotar las primeras hojas hasta que las flores que decoran con su intenso color amarillo nuestro pequeño huerto durante el verano, mientras van creando vida, poco a poco, a fuego lento, como la buena cocina.

No hay semana que no tomemos una crema de calabaza, nos ayuda a depurar algunos de los excesos del fin de semana. Sin duda, es una de las grandes protagonistas en nuestra cocina durante los fríos del invierno. Fría, caliente o templada,  recomiendo que no dejéis de preparar recetas con calabaza. Un chute de energía, depurativa y sencillamente deliciosa.

Comenzamos con la receta básica a la que añadimos un toque picante que también aporta muchos beneficios para nuestro organismo y hace que cambie por completo el sabor tradicional.

 

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Preparación

  1. Picamos el puerro, la cebolla y el chile. Lo rehogamos con un pelín de aceite, a fuego bajito para que no se queme.
  2. Mientras, pelamos la calabaza, le quitamos las pipas y la troceamos.
  3. Una vez estén el puerro y la cebolla pochaditos, cogiendo algo de color pero  sin llegar a dorarse, añadimos los trozos de calabaza y lo rehogamos un par de minutos más.
  4. Le añadimos un poco de agua (sin llegar a cubrirlo), añadimos sal y dejamos que hierva a fuego medio unos 15 minutos, o hasta que esté blandito.
  5. Rectificamos de sal, lo batimos bien con la batidora. 

 

 

 

Recomendaciones del autor

Esta crema la podéis tomar fría, caliente o templada y adornarlo con unas hojas de albahaca o unos trozos de pan de centeno.  

A la hora de servir, podéis acompañarlo de un poco de leche evaporada o nata aparte y añadir al gusto, aunque a mi me gusta el sabor sencillo de calabaza. 

 

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