Estos ñoquis combinan el dulzor suave de la calabaza con la textura ligera y esponjosa de los ñoquis. Es fácil de hacer y perfecta para una comida reconfortante. Además si hay peques en casa, lo disfrutaran muchísimo ayudando a prepararlos.
Preparación
- Tritura la calabaza hasta obtener un puré. Si utilizas calabaza cocida, es importante que no tenga exceso de agua. Cuélala para escurrirla antes de utilizarla.
- En un bol, mezcla el puré de calabaza con el huevo, el parmesano, una pizca de sal y pimienta.
- Añade la harina poco a poco, mezclando hasta obtener una masa suave y ligeramente pegajosa. Trata de no agregar demasiada harina para que los ñoquis queden ligeros.
- Deja reposar la masa una hora bien tapado en la nevera, eso ayudará a que se manipule mejor.
- Divide la masa en porciones y forma cilindros largos sobre una superficie enharinada.
- Luego, corta esos cilindros en pequeños trozos y presiona ligeramente con un tenedor.
- En una olla, pon agua con sal a hervir.
- Mientras tanto, en una sartén dora ligeramente la salvia con la mantequilla, añade la harina y rehoga durante un par de minutos. Incorpora el queso gorgonzola, una pizca de nuez moscada , la leche y deja que se haga poco a poco hasta que espese.
- Cuando el agua esté hirviendo, cocina los ñoquis un par de minutos aproximadamente. Sabrás que están listos cuando floten en la superficie del agua. Retíralos con una espumadera e incorpóralos en la sartén. Muévelos con cuidado para que se integren todos los sabores bien.
- Añade algunas hojas de albahaca y de salvia y si quieres algo más de parmesano.
¡Disfrútalos!