En Sanare nos encanta fusionar culturas. Para esta ensalada incorporamos un toque asiático a una base de lechuga crujiente y AOVE. Ideal para cenas donde quieres sorprender a tus comensales, además las algas aportan gran valor nutricional al plato. La mezcla de texturas es una de los alicientes de esta ensalada, la textura carnosa de las algas combina a la perfección con el toque crujiente de la lechuga. La sabrosa vinagreta con la que se aliña, con el toque picante que le aporta el zumo de jengibre. provocará que una vez que empieces no puedas parar de comer,
Preparación
- El primer paso es hidratar las algas en agua fría durante 10-15 minutos, hasta que estén tiernas, y hayan crecido bastante.
- Escurrimos bien el agua y enjuagamos suavemente, cortamos en tiras y reservamos.
- Sumerge la lechuga en un bol con agua muy fría durante 10-15 minutos, ralla la zanahoria y pica el brócoli en trozos pequeños desechando las partes duras del tronco.
- Para el aliño, mezclar en un bol el aceite de oliva virgen extra y de sésamo, vinagre, salsa tamari, zumo de limón, zumo de jengibre, el sirope de ágave y el ajo picado. Agregar las semillas de sésamo, y reservar.
- Escurrir la lechuga, cortar en trozos pequeños y añadir como base en la fuente de nuestra ensalada, incorporar las algas, la zanahoria y el brócoli. Añadir el aderezo y mezclar bien todos los ingredientes
- Salpimentar al gusto.
- Servir. Esta ensalada se puede servir en cuencos individuales con buen aliño.
Recomendaciones del autor
Esta ensalada es ideal como acopañamiento, pero si la quieres convertir en plato único te recomendamos completarla con pasta o arroz además de otras verduras.