Cuando hacía alguna dieta de niña, uno de los platos que detestaba era esta ensalada de judías y patatas. Es curioso que con el paso del tiempo, cada vez que me quedo sola en casa me lo preparo para comer porque me encanta. Súper sencillo y contundente. Para los días de calor es una fantástica opción. En casa lo comemos cuando queremos reponer bien las fierzas tras una intensa mañana de huerto.
Preparación
- En primer lugar lavamos las judías. En esta ocasión las he cortado en juliana. Pero podéis cortarla como más os guste.
- Ponemos una olla de agua a hervir y cuando comience la ebullición, cocemos las judías unos 5 minutos aproximadamente. Una vez estén listas, podéis sumergirlas en agua fría para que no se sigan cocinando.
- Por otra parte, lavamos bien la piel de las patatas pequeñitas y las cocemos con un huevo duro. Yo lo que hago es meterlo todo junto ( huevos y patatas) con agua fría y una vez lleve unos 7 minutos cociendo, saco los huevos y dejo que las patatas terminen de hacerse. Unos 10-15 minutos más, según lo grande que sean. Suelo prepararlo con antelación de manera que sólo debo preparar el aliño y emplatar.
- El aliño en este caso a mí me parece fundamental. Una vinagreta de puerro y pepinillo picaditos con aceite de oliva, sal y ese toque de vinagre de jerez. Bien mezclado hasta que emulsione un poco y se le agrega tal cual a la hora de servir.