Algo rápido y sabroso como acompañamiento de algún otro plato que pondrá un toque de color en tu mesa y te evocará a una cena de primavera-verano junto al mar Mediterráneo.
Preparación
Coge una ensaladera y echa el tomate partido en trozos de bocado.
Deshuesa, parte en trocitos pequeños las aceitunas negras y échalas sobre el tomate.
Pelas los ajos, quetales el corazón, partelos en trocitos muy pequeños y echa sobre nuestra ensalada.
A continuación aliña con sal rosa y orégano, si tuvieses orégano fresco sería perfecto, en mi caso lo eché seco.
Termina regando nuestra ensalada con un buen aceite de oliva virgen extra.
Remueve muy muy bien para que se mezclen todos los sabores (puedes dejar incluso reposar unos minutos) y sirve.
Recomendaciones del autor
Aunque en las fotografías no se aprecia los tomates que usé estaban semideshidratados. Esto es que habían pasado unas horas en la desidratadora sin llegar a perder totalmente la humedad pero concentrando el sabor muchísimo. Ya sea usando deshidratadora o simplemente el horno a temperatura mínima os recomiendo procesar el tomate de este modo. No es rápido pero merece la pena, ya que además de ganar en sabor, hay estudios que indican que con el calor el licopeno (potente antioxidantes del tomate) intensifica su potencial antioxidante en comparación con el tomate crudo, y además se recomienda, para su mejor aprovechamiento, combinarlo con un aderezo que contenga grasa (aceite de oliva, por ejemplo), conservando la piel y las semillas.