Ingredientes

  • 2 tazas de calabacín rallado
  • 1 taza de espinacas baby
  • 4 cucharadas de piñones tostados
  • 1/2 taza de parmesano rallado
  • 1 taza y 1/2 de albahaca fresca
  • 2 dientes de ajo, pelados y machacados
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra
  • 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

El calabacín es una prolífica verdura de finales de verano.

Los días de verano llegan a ser más cortos y los cajones de las verduras más pequeños; rebosando con la cosecha de amigos que los han llenado.
El pesto es una gran forma de utilizar dos calabacines - mezclándolo en un versátil condimento. Necesitarás una licuadora o robot de cocina para obtener la textura adecuada.

¡Esta receta podría sorprenderte! Tiene el sabor del auténtico pesto de albahaca y los consumidores exigentes ni siquiera sabrán que está envasado con extra de verduras. Las espinacas añaden tanto extra nutrientes como verduras coloridas para contrarrestar la carne pálida del calabacín. 

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Preparación

  1. Ralla el calabacín utilizando un rallador de caja o robot de cocina.
  2. Quita tanta agua del calabacín como puedas.
    Yo envuelvo el mío en un paño de cocina limpio y lo aprieto encima del fregadero.
  3. Seca los piñones tostados en una sartén a fuego medio. ¡Vigílalos con cuidado! Mueve la sartén conforme se calienta y quítalos del calor tan pronto como estén aromáticos y ligeramente tostados; solo llevará 2 o 3 minutos.
  4. En tu fuente para mezclar, añade el calabacín y todos los otros ingredientes, excepto el aceite de oliva. Utilizando un robot de cocina o licuadora, mézclalos hasta formar una pasta espesa.
  5. Una vez que todos los ingredientes estén mezclados, añade el aceite de oliva – un chorrito pequeño poco a poco hasta que tengas la textura correcta. Podrías no necesitar todo el aceite.

Recomendaciones del autor

Las cantidades de ingredientes son flexibles- ajústalas a tu gusto. ¡Sigue a tu instinto cuando añadas albahaca, queso, y ajo!

Almacenar:

Si no lo vas a consumir de inmediato, echa tu pesto con una cuchara en un tarro, y corónalo con una capa fina de aceite de oliva antes de sellarlo. Esto reducirá la oxidación. Tu pesto se mantendrá en el frigorífico durante una semana.

Servir:

Para una comida súper rápida, yo disfruto la mía mezclando la pasta con algunos tomates cherry asados. ¡Es tan versátil! Puedes:

  • añadirlos a las patatas cocidas como acompañamiento
  • utilizarlos como un sabroso aliño de ensalada
  • mezclarlos con ñoquis
  • untarlos en un sándwich
  • untarlos en una base de pizza
  • servirlos como una salsa con galletitas saladas o crudités  
  • poner una cucharada al pollo o a la calabaza asada
  • Echarla por encima de un huevo frito

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