Salud & Bienestar
Salud tropical en el Mediterráneo
Caqui, coco, kiwi, litchi, rambután, maracuyá o papaya no son juegos de palabras infantiles, sino el nombre de algunas frutas tropicales que, además de hacernos reír, nos pueden llevar con el pensamiento a países lejanos, a islas con palmeras o a playas con agua cristalina y arena blanca.
Estas frutas, llamadas tropicales por su procedencia, a pesar de su origen lejano y morfología tal vez disonante con el entorno mediterráneo, están bastante extendidas entre nuestros cultivos y cestas de la compra. Sin ir más lejos, la piña, el plátano, el aguacate o el mango están totalmente integrados en nuestra gastronomía.
El Mediterráneo ha adoptado varias de estas frutas tropicales, como aguacate, arándano, caqui, chirimoyo, coco, dátil, kiwi, kiwiño, litchi, mango, papaya, piña, pepino dulce y plátano. Respecto a su cultivo podemos destacar que el mango solo se da en el sur de España (Málaga y Granada); el aguacate es poco exigente respecto a zona, siempre que sea libre de heladas; el níspero lo tenemos en Granada y Alicante; el aguacate en Malaga, Granada y algo en Alicante; la chirimoya solo se cultiva en la costa de Granada y otros como el litchi, la carambola, la papaya y la pitaya que están en desarrollo.
Además de ofrecer verdaderas obras de arte a la restauración, las frutas tropicales, con sus texturas, colores y sabores, suponen un amplio abanico de nutrientes beneficiosos para nuestra salud. Los más destacados son las vitaminas A, C y E. La primera se encuentra en los frutos principalmente de color naranja, como el caqui o la papaya, tiene capacidad antioxidante y además protege la mácula del ojo, la piel, el cabello y los huesos. La popular vitamina C, muy presente en la guayaba, la papaya y el mango, favorece la absorción del hierro, e interviene en los procesos de cicatrización y fortalecimiento del sistema inmune. La vitamina E, por su parte, ejerce la acción antioxidante más potente entre el resto de vitaminas, retrasando el envejecimiento celular y luchando frente a radicales libres, por lo que en ocasiones la llaman “vitamina de la juventud”. El aguacate es muy rico en esta vitamina.
Veamos cómo benefician algunos de estos productos a nuestra salud:
El mango es una fuente excelente de vitamina A, ácido fólico, vitaminas B, C y E y fibra. Su textura carnosa nos permite elaborar postres ideales para mantener la línea con un toque dulce.
La piña, además de su potencial diurético, contribuye al correcto funcionamiento del aparato digestivo, contiene vitaminas A, B y C y un muy bajo valor calórico. Junto a la papaya, es la más recomendada para aliviar flatulencias y una muy buena opción para consumir todo el año.
El aguacate, como ya se ha comentado, es especialmente rico en vitamina E y ácidos grasos monoinsaturados, combinación perfecta para el buen mantenimiento de la piel. Merece la pena pensarse dos veces restringir ese tipo de grasas en la dieta, ya que ayudan a reducir el colesterol y además son necesarios para la absorción de la vitamina E. En algunas culturas consumen su semilla rallada, tostada o en infusión para aprovechar al máximo sus propiedades, y su textura permite a la cocina crudivegana elaborar deliciosos postres, como mousse de chocolate a base de cacao puro, aguacate y agave u otro endulzante.
La chirimoya, gracias a su textura suave, propiedades nutritivas y sabor, es muy beneficiosa en las dietas infantiles y para adolescentes con gran gasto energético, deportistas, mujeres embarazadas o madres lactantes y personas mayores. Su contenido en hidratos de carbono ayuda a reponer energía, y al ser también rica en fibra favorece la regulación del colesterol y los niveles de glucosa en sangre. Aún así, en personas con obesidad o diabetes se aconseja escoger piezas pequeñas. Su riqueza en potasio y bajo aporte de sodio, resultan recomendables para personas con hipertensión arterial o afecciones del corazón. Su aporte de potasio deberán tenerlo en cuenta las personas que padecen de insuficiencia renal y que requieren de dietas especiales controladas en este mineral.
Los arándanos, por último, son muy destacados por su riqueza nutricional en general, y en particular son popularmente aconsejables en casos de infecciones de orina, pues ejercen una doble acción: por un lado diurética y por otro antibacteriana y antifúngica.
Estas no son más que algunas de las frutas tropicales que están fácilmente a nuestra disposición sin tener que viajar a ninguno de sus bellos países de origen.