Salud & Bienestar

¿Qué es ecológico?

Hay tantas definiciones de lo que es ecológico que casi asusta (o da pereza). Lo “ecológico” y lo “saludable” son términos que andan algo desvirtuados últimamente. Son “etiquetas” atractivas y muy comerciales que todos quieren incluir o acercar a sus productos o proyectos. Llega un momento que ya no sabes cómo identificar lo que realmente es ecológico más allá de los sellos que lo certifican.
Veamos por un momento lo que recoge el diccionario por  ecológico, ca :
1.    “ Realizado u obtenido sin emplear compuestos químicos que dañen el medio ambiente”
2.    “Dicho de un producto o de una actividad: Que no es perjudicial para el medio ambiente…”
¿No os parece muy demasiado genérico? A mí sí.

Quiero hacer esta reflexión. , lejos de pretender juzgar a nadie,  Y la hago, porque creo que cuando nos esforzamos en pensar sobre lo que hacemos, es un ejercicio que nos ayuda a mejorar. A mí al menos me sucede. Veamos…

Tengo muchos amigos y conocidos e incluso nosotros mismos en casa, además de lo que veo en las redes, que “venden” que consumen ecológico.  Pero si nos traemos una cajita preciosa con cartón reciclado que viene de China, por ejemplo, y finalmente esa envoltorio tan mono lo meten en un sobre de plástico en la mensajería y termina recorriendo miles de kilómetros. Además cuando llega a casa no nos gusta demasiado y hasta podemos devolverlo a su origen. Realmente ¿hay algo de “ecológico” en ese comportamiento? Pues seguramente todos lo hacemos.

Con la comida nos pasa igual. Traer un tomate ecológico fuera de temporada desde el otro rincón del mundo, cuando tienes otras verduras deliciosas que cultiva tu vecino y que no necesitan envoltura ni transporte. Esto no me parece que tenga demasiado sentido.

Os cuento lo que yo hago por si os puede ayudar a ser un poqiuoto más “Eco-Lógico”:

• Consumo alimentos que me da la tierra local en cada temporada del año. No es necesario tener un huerto, sé que es un privilegio, pero consumir de los productores locales o incluso directamente de los agricultores. Eso ayuda, aunque no sea siempre, pero si debemos tenerlo presente.

• Intento ser responsable con lo que compro o consumo: En cada compra que hago valoro cuánto lo necesito. Me gusta ver la composición, cómo se fabrica y su origen. Aunque siempre nos podemos dar un capricho.

• Pienso, valoro y ni que decir tiene que además reúso todo lo que puedo y reciclo.

Esto no es un dogma de fe, ¡para nada!. Es sólo una pequeña reflexión que comparto con vosotros por si entre todos, podemos tomar conciencia y mejorar cuidando un poquito más el planeta.  Todo está bien y si nos equivocamos, le damos una pensada y corregimos la siguiente vez. A mí me pasa eso,  a pesar de lo cerca que tengo la tierra y la vida sencilla que intento vivir. A veces me equivoco. Y luego la siguiente vez, lo mejoro.
Y como siempre sucede en la vida, ante la duda, sentido común, coherencia y equilibrio. Esa es la fórmula que yo utilizo para tomar decisiones de lo que comemos o consumimos casa y me ayuda a aportar nuestro pequeño granito.