cultura y viajes
Viajar, oler y disfrutar
Este fin de semana tuve la suerte de escaparme unos días a Londres ¡Qué maravilla! Era mi primer viaje tras la pandemia y ya me iba haciendo falta respirar tierras lejanas. Bueno, realmente Londres no está tan lejos, pero es como darte un buen paseo por el los cinco continentes.
Y es que si algo tiene Londres es que sabe y huele al mundo. Se me había olvidado cómo todo huele a especias y comida callejera. Un olor que te lleva a disfrutar de cómo se come en el mundo entero.
Cuando visité Londres por primera vez, casi no reconocía los olores de los distintos barrios. Recuerdo que identifiqué el curry y poco a poco fui añadiendo matices, especias nuevas y aprendí nuevas formas de cocinado. Ha llovido mucho desde mi primer viaje, casi prefiero no contar los años. Pero hay algo que no ha cambiado y es que recorrer sus calles es como comerte el mundo a bocados.
Ha habido una proliferación de restaurantes, foodtrucks y puestos diversos con gastronomías dispares y fusiones imposibles y deliciosas. Eso es lo que me enamora de esta ciudad tan cosmopolita. Cada barrio huele y sabe distinto. Visitar
Brick Lane o Borough Market , comer algo en China town, perderse una tarde en las delicatesen de harrods, disfrutar de una chips paseando o cenar en el Soho. Me faltan días cada vez que voy.
Me apasiona ver la diversidad de alimentos en sus mercados. Infinitas variedades de verduras con colores y formas a las que no estamos acostumbrados. Y luego el ver cómo preparan las esas mismas verduras de temporada y consiguen que casi no las reconozcamos. Las verduras adoptan formas y sabores absolutamente distintos. La manera de cortarlas, las especias y aderezos que utilizan así como los distintos tipos de cocción son abrumadores. Pero si hay una técnica y un instrumento que me hipnotiza ese es el wok. En la cocina asiática muchas de las elaboraciones son en wok. Se trata de cocciones rápidas a altas temperaturas y apoyados de algo de vapor. Rápido, sano y delicioso. El aliado perfecto para cocinar verduras y mantener sus propiedades.
Salir a conocer cómo se alimentan otros países es una suerte y un disfrute para los sentidos. Luego, nos llevamos ideas, recuerdos de recetas y por supuesto una maleta bien cargada de especias, semillas e ingredientes “raros” para disfrutarlos de vuelta en casa y aprender y entender más de las distintas culturas.
Esa es la esencia de viajar para mí. Porque a los pueblos se les ha conocido siempre por cómo se han alimentado que habitualmente es lo que siembran en sus tierras y cosechan con sus manos.