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Salud & Bienestar

Fast good: cuidarse sin tiempo en el S.XXI

En la historia de la humanidad, los problemas son como la energía: ni se crean ni se destruyen, solo se transforman. Con el avance de la medicina y el aumento de la esperanza de vida, durante los siglos XIX y XX el problema era producir la cantidad suficiente de alimentos para abastecer a una población en crecimiento y con una esperanza de vida más larga. Por el momento, en el mundo desarrollado el problema ya no es de falta de alimentos, sino como adaptarlos para alimentar a una sociedad que ha acelerado el ritmo de vida y ya no tiene tiempo que dedicarle a su carburante.

Históricamente, la mujer trabajaba exclusivamente en casa y se encargaba de seleccionar y elaborar los alimentos; ahora ese tiempo se ha reducido a la mitad, sino al mínimo. Hace no tanto también se trabajaba respetando temperaturas externas y horas solares, que hoy, gracias a la calefacción, aire acondicionado y otras tecnologías, otorgan a los horarios laborales un carácter prácticamente subjetivo.

Y como, por suerte o por desgracia, entre todas las cosas que se pueden sacrificar en la vida, el comer no es una de ellas, habrá que adaptar su protocolo a la situación que nos está tocando vivir. 

Fast food EEUU 

Por tanto ¿cómo se pasa de una cocina a fuego lento a una cocina rápida sin sacrificar demasiado la calidad y los sabores? La respuesta está en el Fast Good, que reivindica una dieta sana y equilibrada hasta en el concepto de comida rápida.

Se habla de esto tanto en el comercio como en la restauración. El fast good o alimentación sana, equilibrada, respetuosa con el medio ambiente y la agricultura, es un estilo de comida sencillo y práctico que se adapta a los nuevos patrones de consumo rápido y nómada. 

Está en auge desde aproximadamente una década y su origen viene del rechazo por parte de un número creciente de consumidores y profesionales de los efectos negativos sobre la salud y el bienestar de la alimentación rápida tipo fast food, que experimentó un éxito impresionante en la década de los 90.

El nuevo concepto: es posible comer rápido, pero sano, natural y equilibrado. Y además seguir disfrutando de la comida.

La idea gira en torno a una dieta sana practicada por o para aquellos que no tiene  tiempo para cocinar. Podríamos decir que pretende mantener el concepto de fast food pero en una versión saludable.

Por ejemplo: hamburguesa de pan de centeno con semillas de amapola, humus, aros de cebolla morada y pimiento rojo con loncha de tofu ahumado con smoothie de frutas o de verduras.

Esto ha supuesto toda una revolución y reto para la restauración, pues ha puesto a los chefs de vanguardia a trabajar en este concepto y cada vez son más los restaurantes que abren bajo estas premisas.

Los 3 pilares del fast good:

- Equilibrio nutricional: conseguir una comida completa y rápida que incluya a demás de frutas y verduras, cereales integrales, proteínas y grasas saludables.

- Alimentos sanos, naturales y ecológicos: se da prioridad a los productos del país, de calidad, que explora diferentes variedades y selecciona vegetales de temporada. Siempre defendiendo la elección del producto ecológico y orientado al desarrollo sostenible.

- Frescura y sabor: las técnicas culinarias persiguen la obtención de sabores lo más auténticos y naturales posible pero con sencillez. Recuperar los sabores naturales es todo un reto, pues el fast food ha acostumbrado a los paladares a sabores fuertes, con aditivos, colorantes, potenciadores de sabor, azúcares, etc. y volver a lo simple no será fácil. 

En definitiva, una modernización saludable del concepto de comida rápida que supone adaptar la gastronomía al ritmo de vida que lleva la sociedad actual sin tener que renunciar a los múltiples beneficios para la salud y para el paladar que nos ofrecen las frutas, las verduras  y muchos otros alimentos por descubrir que nos ofrece la sabia naturaleza.

(CC) Pixabay / niekverlaan

Vivencias de

Ana Molina Jiménez

Ana Molina Jiménez

Profesional de la salud / educador

¿Que por qué me gustan las ensaladas? No me imagino mi rutina diaria sin ellas. No me canso nunca, las ensaladas ofrecen tal abanico de posibilidades diferentes que resulta facil comerlas a... Leer más

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