Los pepinillos agridulces son de mis aperitivos preferidos. Ya lo eran, pero este invierno ha sido uno de mis aliados para quitarme los kilos que me sobraban después de navidad. No, no he hecho una dieta a base de pepinillos, jeje... Pero si me los tomaba como snack para aliviar el gusanillo del hambre.
Tienen muchas propiedades beneficiosas y nutrientes y un alto contenido en agua. Además son bajos en calorías, ricos en fibra. Lo mejor de todo es que son deliciosos.
¡Un auténtico tesoro!
Preparación
- Lava y corta los pepinillos si son muy grandes. Si no lo son puedes dejarlos enteros. Reserva.
- En un cazo, pon todos los ingredientes excepto los pepinillos. Llévalo a ebullición.
- En tarros herméticos recién lavados colocamos los pepinillos dejando sitio para que quepa bastante líquido. Unos dos dedos aproximadamente.
- Una vez comience a hervir, apaga el fuego. Rellena los tarros con él y ciérralos con cuidado de no quemarte.
- Sobre un paño en la encimera de la cocina, coloca los tarros boca abajo. Una vez se enfríen guárdalos en la nevera.
Aunque puedes consumirlos al día siguiente, a mi me gusta dejarlo al menos una semana para que tengan todos los matices de la mezcla aromática.
Recomendaciones del autor
Si no lo vas a consumir en una semana y quieres dejarlos más tiempo, es importante que esterilices bien los tarros para garantizar su perfecta conservación.
Puedes adaptar las cantidades según tu gusto y experimentar con otros ingredientes.