Salud & Bienestar

Cocina, huerto y buen humor

No sé bien cuál es el motivo, pero sin duda la cocina, el huerto y el buen humor van siempre de la mano. Buena cocina con buenos productos siempre reconforta ¿o me vais a decir que no?
Lo de la cocina tiene fácil explicación y creo que nos pasa a muchos. Tengo unos recuerdos maravillosos de cuando era pequeña, o adolescente o ya mayor, en los que las reuniones en la cocina, con amigos o familia, estaban siempre rodeadas de buen humor, secretos “inconfesables” y muchas carcajadas. Preparar en esos ambientes cualquier plato es tener el éxito garantizado.
Para mi la cocina es una terapia curativa. Cuando tengo un mal día, que los tengo, o las preocupaciones me invaden, me meto en la cocina y cuando salgo ya estoy curada. Os confesaré que mi marido a veces cuando ve que ando enfurruñada,  me insinúa con mucho  arte y discreción ¿por qué no preparas algo rico y reconfortante?  Tantos años juntos sabe cocinando y compartiendo deliciosos platos, se me pasa. La cocina es mi centro de felicidad en casa.  ¿A vosotros no os pasa?

Y si hablamos del huerto, ¿qué os puedo decir? Estar pegado a la tierra genera infinita felicidad y ese “positive mood” engancha. Disfrutarlo desde tempranito, pasear al aire libre en plena naturaleza mientras los pajarillos cantan. Sé que suena a canción infantil, pero lo cierto es que eso es lo que pasa cuando visitas el campo y paseas entre liños,  cosechando lo que haya.  Y si no es época de cosechas, siempre podemos coger unas aromáticas o alguna fruta del tiempo. Lo importante es disfrutar de esos instantes en la naturaleza y dejar atrás cualquier problemilla que te preocupara.
Hacerlo acompañado de los más peques es además un buen aprendizaje para ellos. La oportunidad de poder observar cómo lo que cogemos del huerto se transforma en deliciosa comida es todo un privilegio.
Luego llega la mejor parte. Reunirnos todos juntos en ese espacio íntimo entre fogones y disfrutar, cocinando, preparando nuestras verduras, tapeando, riendo o charlando. Pura terapia para el alma, os lo aseguro.
Tengo cada vez más gente a mi alrededor que están comenzando con la meditación. Y cuando me sugieren que les acompañe, les digo que cuando debo dedicarme un tiempo a reflexionar, respirar profundo o meditar, cuento con el huerto y la cocina que es donde más feliz y en paz puedo estar.
Con todo esto que os acabo de confesar, seguro que entendéis porqué hablo de cocina, huerto – me faltaría amigos y familia-  y buen humor.  ¿Estoy en lo cierto?
Creo que cada uno debe encontrar su camino para reír todo lo que pueda, como os digo es pura terapia. Yo tengo la suerte de haberla encontrado cerquita y me hace estar de buen humor, más alegre y animada. Sea lo que sea os animo que encontréis vuestro centro de riso-terapia y cultivéis verduras frescas para elaborar reconfortantes platos de temporada.